ANSIAS DE IDENTIDAD

Nota: mi nombre es Mario F., si usted, se identifica con la logia de la derecha, o con el

Cristianismo le sugiero que no lea este pequeño ensayo, porque quizás me llegues a

odiar más de lo que me odias hasta ahora.

Tengo muchas ansias de identidad por verdaderamente poner en el vehículo del proceso de cambio, para que mañana digamos con mucha claridad y entusiasmo que sí logramos por lo menos un punto en la inmensidad del problema que nos ha tenido enclaustrado este sistema arrancador o extirpador de corazones palpitantes de muchos indígenas que por siglos y décadas enteras han buscado su reivindicación.

Desde el punto de vista de la cosmovisión andina amazónica, quizás no debemos alardear con el proceso de cambio que pretende el actual gobierno y que se pregona desde los sillones de la cámara de senadores y de la cámara de diputados y del supuesto congreso heterogéneo conformado por el 20%  de indígenas que se dedican al acato de consignas del MAS, y con el 80% de disque indígenas mestizas que sean disfrazado de manera superficial con cueros de ovejas para camuflar sus astutas y fieras mañas que por siglos y de generación en generación han mamado de la vaca lechera que fue el país que se dejó mamar.

Nosotros los indígenas, nunca fuimos animales de carga, ni brutos sicológicamente predestinados a desaparecer siendo obligados a la sumisión discriminadora y marginadora; más bien fuimos el pulmón y el corazón de esta tierra bendita pachamama. Sin embargo a pesar de ser un elemento vital e importante para el país, fuimos desterrados de nuestra propia tierra, considerados como inquilinos sedientos de libertad, fuimos mutilados, encadenados, considerados inútiles y miserables, por las personas que se han creído dioses, lideres, intelectuales, científicos, etc., sin darse cuenta que simplemente fueron unas fieras salvajes como ángeles retornados del quinto infierno.

No recién por el ascenso de un indígena al gobierno estamos abriendo los ojos, sino desde siempre fuimos protagonistas, sólo no nos dejaron ni nos fueron fieles, sino nos traicionaron por intereses personales, usándonos de escalera para ascender al paraíso como el Zeus al Olimpo.

Actualmente somos y seguimos tratando de ser auténticos, ¿acaso no somos auténticos?, dirán muchos; claro que sí fuimos auténticos pero con el proceso de la colonización cruel y astuta nos mutilaron, nos colonizaron, nos obligaron a pensar diferente, hablar su lengua, incluso nos quisieron obligar a ser como ellos; pero fuimos rebeldes como Atahuallpa que tiró al cristianismo por los suelos simbolizado en aquel libro llamado biblia, que traía consigo un dios occidental disfrazado por la cruz trayendo en la espalda la espada asesina para obligar y degollar a aquellos que no se arrodillasen frente a la cruz sustituyendo nuestras creencias autenticas y reales dentro de nuestra cosmovisión.  Actualmente, para curar nuestras heridas después de arrebatarnos y causarnos masacres crueles con nuestra forma de ser y estar casi por 600 años, nos quieren consolar con sus teorías abstractas y ridículas formulando términos – interculturalidad, intraculturalidad, aculturación – que no nos sirven para nada.  No necesitamos teorías, no somos de la cultura de la teoría, somos de la cultura del trabajo y acción. Queremos cambio de actitud, estamos artos de que nos metan teorías y de ese modo seguir colonizándonos, adormeciéndonos y volviéndonos más inútiles. Queremos que nos dejen ser lo que somos, practicar lo que siempre hemos practicado, creer en nuestras creencias: en las wakas, pachamama, tata inti, illas, etc., que nos dejen amar a nuestra manera; en fin lo que buscamos y queremos es la LIBERTAD...CARAJO.

Por: Mario Fuentes T.